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¡VIVA CHILE! ¡VIVA EL PUEBLO! ¡VIVAN LOS TRABAJADORES!

'La historia es nuestra y la hacen los pueblos': 41 años de la muerte de Allende

Tomás García / Subdirector de El Revolucionario Digital  |  12 de septiembre de 2014 (14:01 h.)
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Ayer se cumplieron 41 años de la muerte de Salvador Allende, una figura ejemplar para América Latina que quiso llevar la revolución socialista de forma pacífica. Aunque fue depuesto mediante un golpe militar, Allende no murió en vano y prueba de ello son los procesos soberanos en los países del sur.

Mientras Obama ordena bombardear Siria e Irak para combatir a un enemigo que financia su gobierno, o los medios atlantistas hablan del atentado de 2001 y de los procesos independentistas en Cataluña y Escocia, se cumplen 41 años de la muerte de Allende. Un héroe, incluso para esos progres que critican el proceso latinoamericano actual.

Y es que ayer, en aquel turbulento 1973, la vida en Chile no volvería a ser la misma. Se pasó de una democracia socialista, legal y constitucional a la peor de las dictaduras militares. Represión, desapariciones, persecuciones a opositores políticos, ejecuciones y violaciones generalizadas de los derechos humanos caracterizaron a esta oscura época para el pueblo chileno.

Pero antes de este suceso, el Gobierno presidido por Allende sufrió los ataques constantes del imperialismo norteamericano, incluso antes de que este llegara al poder. Nixon, Kissinger y compañía le acusaron de que ganó las elecciones de forma ilegítima (¿os suena de algo?) y de que su campaña electoral fuera financiada por Cuba y la KGB, entre otras barbaridades. Los sucesos que sufrió el Presidente Allende antes de su muerte son más actuales de lo que creen. Una gran inflación, una guerra económica… Y finalmente, el golpe de Estado. 

Allende y los suyos decidieron defender la legalidad democrática desde el Palacio de La Moneda, sede de la Presidencia. La Junta Militar respondió con el bombardeo del lugar. El resto de la historia ya la conocen. Pero Allende no murió en vano: el ejemplo que supuso la vía chilena al socialismo ha hecho mella en Latinoamérica y países como Venezuela, Ecuador o Bolivia se han convertido en grandes espinas para Estados Unidos y en representantes de la justa rebeldía de los pueblos.

Para finalizar, os dejamos con las últimas palabras de Salvador Allende durante esos trágicos sucesos:

“Trabajadores de mi Patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.

¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!

Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición.”

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