Las protestas violentas llevadas a cabo este sábado en varias ciudades francesas en repudio a la brutalidad policial han dejado un saldo de seis heridos por pelotas de goma, ha informado la agencia de noticias francesa AFP.

La causa de estas protestas fue la muerte del ecologista Remi Fraisse tras una manifestación en contra de la construcción de una presa en Sivens, al sur del país.

“Este es un hombre joven que murió a manos de la Policía, del Estado, y no podemos pasar esto por alto”, declaró uno de los protestantes. Igualmente, otras ciudades han sido escenario de marchas en protesta por la construcción de la presa Sivens, incluyendo a Lille, Burdeos y Aviñón.

Como no podía ser de otra manera, el neoliberal de Manuel Valls ha aumentado el odio de los manifestantes con sus pésimas declaraciones. Tras condenar las revueltas, el primer ministro no tuvo suficiente y las calificó como “un insulto a la memoria de Remi Fraisse.” Estas palabras en lo que realmente se han convertido es en un insulto a los ciudadanos franceses.

La muerte de este ecologista es la primera en una manifestación en 28 años. Como resultado de este incidente, el Gobierno francés decidió suspender temporalmente la construcción de la presa Sivens.

“Era imposible, tomando en cuenta esta tragedia, continuar los trabajos en este lugar”, ha declarado Thierry Carcenac, jefe del consejo ejecutivo de la localidad Tarn, al suroeste de Francia, donde se lleva a cabo la polémica construcción de esta presa.

Mientras tanto Segolene Royal, ministro de Ecología,  se reunirá la próxima semana con los ambientalistas para discutir el futuro de la presa. Los manifestantes argumentan que este proyecto pone en peligro la biodiversidad mientras que el Gobierno alega que la presa facilita el cultivo de especies vegetales de gran valor y beneficia a la población.