En unas declaraciones ante una audiencia en el Senado estadounidense, Hagel ha reiterado una vez más que Washington no cooperará con el Gobierno sirio del presidente Bachar al Asad para acabar con el EI (Daesh en árabe). No se extrañen. Estados Unidos no quiere acabar con el terrorismo que financia. Quiere acabar con la soberanía de Siria.

En otra parte de sus declaraciones, Hagel ha alegado que Washington ha estado ayudando al Gobierno iraquí en su lucha contra los hombres armados de Emirato Islámico.

“Las fronteras no nos impedirán bombardear la posiciones de Daesh en Irak y Siria”, ha asegurado, confirmando así una vez más las intenciones de Estados Unidos en Siria.

De acuerdo con el titular estadounidense, actualmente Estados Unidos está entrenando militarmente a unos 5.000 opositores al Gobierno de Damasco.

A su vez, el funcionario militar estadounidense de más alto rango, el general Martin Dempsey, ha subrayado que la guerra contra el EI requiere de la colaboración estrecha entre Washington y el Gobierno títere de Bagdad.

Asimismo, ha asegurado (al igual que Hagel) que las fuerzas estadounidenses están listas para bombardear los bastiones del Estado Islámico en suelo sirio.

A modo de colofón, Dempsey ha asegurado que posiblemente la estrategia de Washington sobre Daesh obligue al país norteamericano a llevar a cabo una contienda militar terrestre contra los milicianos del Estado Islámico, aunque sabemos claramente que los afectados por este conflicto serán otros.