Las Fuerzas Aéreas de EE.UU. están efectuando una misión de “monitoreo” sobre Siria para analizar potenciales blancos de ataques aéreos contra las milicias del Estado Islámico, según NBC News citando a oficiales estadounidenses.

 Según afirman los oficiales, los ataques deberán impactar contra las fuerzas del EI y las rutas de suministro de armas en el área de la frontera entre Irak y Siria que ha quedado prácticamente borrada en las últimas semanas del conflicto.

 Anteriormente, el presidente de EE.UU., Barack Obama,  había sancionado ataques aéreos contra el Estado Islámico en territorio iraquí, pero, según señalaron los oficiales militares citados por la cadena estadounidense, la decapitación del periodista James Foley en Siria evidenció la necesidad de efectuar ataques también en Siria.

 El lunes 25 de agosto, el Gobierno de Bashar Al-Asad aseguró estar listo para cooperar con cualquier país, incluido EE.UU. y el Reino Unido, en la lucha contra el terrorismo. Sin embargo, según advirtió el presidente sirio, cada acción no aprobada por Damasco será considerada un acto de agresión. 

Resulta alarmante ver cómo EE.UU. ha estado financiado al EI, desde hace tiempo, con el fin de desestabilizar la región. Pero lo más indignante es que, con el pretexto de acabar con el terrorismo, EE.UU. esté bombardeando objetivos que presuntamente son del Estado Islámico.

El objetivo de EE.UU. es derrocar a un gobierno sirio. Y con sus drones invadiendo el espacio aéreo de Siria, ese objetivo es más plausible. Aunque Al-Asad lleva años enfrentándose al imperialismo norteamericano. Y este suceso no le va a hacer marchar tan fácilmente de un poder que le ha dado el pueblo.