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Mujica califica la concentración de riqueza como antidemocrática y creadora de desigualdad

Redacción de El Revolucionario Digital / LibreRed  |  05 de noviembre de 2014 (22:58 h.)
Uruguay's President Jose Mujica attends a meeting during the China and CELAC Summit at the Itamaraty Palace, in Brasilia, Brazil, Thursday, July 17, 2014.

El conocido como ‘presidente más pobre del mundo’ que “solo 85 personas concentran la misma riqueza que se reparte entre la mitad de la humanidad más pobre” y agregó que esas personas aumentan aún más su fortuna cada día, en clara referencia a la lucha de clases y el aumento de la desigualdad.

Mujica habló este martes de lo que señaló como fermento antidemocrático, en clara referencia la excesiva concentración de riqueza en el mundo por parte de la burguesía.

En su audición semanal por Radio Uruguay, Mujica planteó que la desigualdad económica extrema está “disparada” y es uno de los mayores problemas económicos, sociales y políticos que afronta la humanidad.

“Se trata de una desigualdad social extrema, ofensiva y escandalosa”, enfatizó el conocido por su forma de vida austera y su incansable lucha contra la injusticia.

Insistió en que la concentración excesiva de riqueza es un fermento antidemocrático, no solo por las consecuencias sociales que tiene sino por las políticas en el largo plazo, porque sustituye a la democracia por un poder ejercido por los ricos y no por las clases populares. Es decir, una plutocracia.

El mandatario denunció que “todo esto es una marcada consecuencia del fundamentalismo de mercado; ese mercado que nunca puede prestar atención a la distribución de los ingresos ni a la idea de una sociedad más justa”.

En ese contexto, Mujica explicó que en Uruguay, desde el año 2007, durante el primer gobierno del Frente Amplio, el aumento de la redistribución hizo aminorar y frenar la tendencia a la desigualdad.

Si el Estado no tiene una actitud proactiva que obligue a redistribuir, habrá cada vez más personas postergadas y ello tiende a repercutir en el resto de la sociedad, precisó.

Al respecto, subrayó que “el proceso de arrancar a la gente de la pobreza crónica no se arregla de la noche a la mañana con una acción voluntarista, sino que es un largo proceso de rescate”.

Estará culminado, agregó, cuando la generación que le sigue tenga claves de instrucciones culturales muy distintas a las de sus progenitores. O lo que es lo mismo, usar la pedagogía social como instrumento indispensable para destruir un egoísmo impuesto por la cultura occidental y capitalista.

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