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Los defensores de la libertad y de la paz mundial

Mercedes Sosa / Corresponsal Latinoamérica de El Revolucionario Digital  |  28 de agosto de 2014 (23:33 h.)
Los defensores de la libertad y de la paz mundial

Se está llevando a cabo en Bolivia, el Foro de Sao Paulo 2014, con la participación de unos 180 delegados de América, el Caribe y Europa, que reúne a partidos y agrupaciones de la izquierda latinoamericana y hará en Bolivia “un balance de los gobiernos progresistas y de izquierda y de la contraofensiva imperial”.

En dicho marco, el representante de Cuba ha disertado sobre el desarrollo, por parte de los US, de la llamada Guerra No Convencional para generar caos en los países que considera enemigos, así como sobre sus métodos y objetivos. Esta contraofensiva, llevada a cabo en forma conjunta con las derechas de América latina y el Caribe, cuenta con el despliegue de grandes recursos financieros, con el objeto de lograr, rápidamente y con apariencia de la no interferencia de los US, un cambio de régimen, cuando se entiende que esos países constituyen un obstáculo a sus intereses globales. Este llamado cambio de régimen tiene como propósito crear las condiciones políticas mínimas para garantizar los objetivos imperiales y entre las principales beneficiarias figuran las grandes trasnacionales.

El representante cubano José Ramón Balaguer, destacó que: “… la nación víctima del ataque constituye una prioridad para los Estados Unidos por razones económicas, geopolíticas o incluso por su papel simbólico y contra hegemónico.”  “Se identifican un grupo de supuestos errores políticos de los líderes del país en cuestión o vulnerabilidades objetivas, en especial el eventual deterioro socio económico, muchas veces inducido. Asimismo, supuestas o reales diferencias que sirvan para polarizar a la sociedad estimulándolas artificialmente”

Balaguer dijo que los gobiernos de la zona deben procurar la mayor eficacia socio-económico y de seguridad interna para enfrentarlas.

“La fortaleza política depende en gran medida del nivel de unidad en el seno de las organizaciones políticas que conducen el país, así como el más abarcador vínculo entre los líderes y la población”, aseveró.

Entre otras cuestiones, también abogó por intensificar la denuncia oportuna a nivel local e internacional de esas maniobras, utilizar de forma intensiva Internet y fortalecer las relaciones internacionales para neutralizar los esfuerzos por aislar al país.

“El avance de los procesos de integración y concertación política regional, como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, la Unión de Naciones Suramericanas y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, entre otros, son por definición un antídoto eficaz ineludible”, concluyó.

¿Qué razones tuvo Estados Unidos para cambiar su estrategia de dominación? Es decir, dejar de practicar, tal y como históricamente lo hizo, la Guerra Convencional

“Primero; el curso decadente de la economía norteamericana les ha obligado a introducir importantes reducciones en su aparato militar y en el presupuesto de defensa, que inevitablemente seguirán produciéndose en el futuro previsible.

Ello implica que, en el orden técnico-militar, Estados Unidos no dispone –ni dispondrá– de suficientes recursos que le son imprescindibles para las operaciones militares masivas y prolongadas, bajo el esquema clásico de las guerras convencionales.

Segundo; las consecuencias técnico-militares, sociales y psicológicas derivadas de las guerras en Afganistán e Iraq han generado un efecto contraproducente interno en la sociedad norteamericana, que tardará –quizás décadas– en revertirse, y que virtualmente les impide reiterar modalidades de agresión militar que incluyan grandes operaciones convencionales, ocupaciones y posteriores “estabilizaciones” de países ocupados.”

Resulta curioso apreciar de qué manera el país que se ha considerado como el paladín de la libertad, pueda estar apelando a metodologías de tan opuestas características a aquéllas que definen, al menos en los discursos, su espíritu de democracia líder en el mundo actual. Al punto que hoy, la palabra liberal es la más usada como sinónimo de moderación y apertura. Suena bien considerarse liberal, abierto y positivo. Si recordamos, el liberalismo nació como una respuesta al absolutismo, para enfrentarse a los reaccionarios. Y evolucionó hasta lograr que los derechos que reclamaba se volvieran universales. El padre del capitalismo, Adam Smith, decía que “no puede haber una sociedad floreciente y feliz cuando la mayor parte de sus miembros son pobres y desdichados”.

¿Qué pasó entonces para que hoy el término liberalismo no se corresponda con la palabra libertad?

Pasó que hoy la palabra más importante para esa doctrina económica construida desde el liberalismo como doctrina política y social, es la palabra privatización. Privatizar no es liberar, por el contrario significa “depender de”. El capitalismo hoy tiende a la máxima concentración de la riqueza en pocas manos para lograr una ganancia que se agrande de modo ilimitado. Significa competencia extrema, fagocitar al más débil para conseguir sus objetivos. Necesita del poder que le debe venir desde el Estado, que se convierte en administrador de los intereses burgueses. Necesita cada vez menos de la mano de obra humana, pero paradójicamente necesita del consumo humano de lo que producen sus mega corporaciones. Por ello impone la desposesión a esa mano de obra, de cualquier otra alternativa de supervivencia, promueve la sobreexplotación de sus miembros, la degradación de sus salarios, del medio ambiente donde vive, la desvalorización de sus familias y, al destruir a la célula básica de la sociedad, que es la familia, acaba con la libertad.

Y el capitalismo fue mucho más lejos. Porque cambió su visión de la economía real sobre la cual Adam Smith filosofó acerca de la riqueza de las naciones, esa economía real basada en la producción y comercialización de bienes y servicios, por la economía virtual, la economía de la especulación que, parafraseando a Eduardo Galeano una vez más, es aquélla donde no hay producción importante porque descubrieron que el dinero se reproduce igualmente haciendo el amor consigo mismo. Y produjeron el endeudamiento que viene de la especulación sin límite y se lo echaron encima a los Estados, es decir, al conjunto de ciudadanos de los países saqueados, quienes están pagando la fiesta de la que nunca han participado. Y ese abuso de poder, en el nombre de la libertad, hace que hoy necesitemos más que nunca del ciudadano despierto, protagonista de la vida pública, política y social, con conciencia de clase que le de las armas institucionales que pongan freno al desenfreno de las minorías. De lo contrario esas minorías tornarán nuevamente al fascismo que les permita del modo más violento, evitar que se recupere la palabra libertad, de la falacia montada para saquear a los pueblos. Al totalitarismo y al autoritarismo de un Pinochet o de un Videla. Da igual, porque la democracia para ellas es solo un mal menor a tolerar en tanto y en cuanto sus autoridades se conviertan en gendarmes de sus mezquinos intereses.

Gramsci dijo: "cuando la clase dominante ha perdido el consentimiento, o sea, ya no es ‘dirigente’, sino sólo ‘dominante’, detentadora de la mera fuerza coactiva, ello significa que las grandes masas se han desprendido de las ideologías tradicionales, no creen ya en aquello en lo cual antes creían"

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