Durante la Asamblea, tras la intervención de 22 oradores, se votó sobre la resolución 68/8,  que es la relacionada sobre el fin del bloque de Estados Unidos a Cuba.

En la votación, una enorme y destacada mayoría de 188 países votaron a favor del fin de este bloqueo que impide el correcto desarrollo del pueblo cubano desde octubre de 1960, momento en el que se expropiaron y nacionalizaron las empresas estadounidenses y de la burguesía cubana.

Hubo tres abstenciones (Palaos, Micronesia e Islas Marshall; naciones antiguamente dependientes de EE.UU. y con buenas relaciones con su antigua metrópoli) y dos votos en contra que ya vienen siendo muy habituales: EE.UU. y su socio sionista Israel.

Es la vigésima tercera vez que la Asamblea General de la ONU adopta una resolución condenando el bloqueo comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba, pero debido a que el país imperialista tiene derecho a veto, la resolución nunca es llevada a cabo y el bloqueo nunca termina.

La CELAC insistió en «poner fin a medidas unilaterales que no están respaldadas en el derecho internacional. Se debe respetar, sin excusas, la soberanía y la autodeterminación de la nación cubana».

«Mantener el bloqueo a Cuba por motivos políticos castiga al desarrollo internacional de las naciones», señaló por su parte el embajador ruso ante la ONU, Vitali Churkin.

Durante la sesión, el Mercosur (Mercado Común del Sur) ratificó el rechazo al embargo.

«Mercosur cree que ha llegado el momento de poner fin a un bloqueo unilateral que es moralmente injustificable, legalmente indefendible y contrario en todos sus aspectos al derecho internacional», dijo un integrante de la delegación argentina.