00:32 h. sábado, 20 de abril de 2024

La Deuda Eterna

Mercedes Sosa / Periodista en Latinoamérica de El Revolucionario Digital  |  15 de agosto de 2014 (20:23 h.)
la-gran-deuda-eterna2

"En economía no hay nada misterioso ni inaccesible al entendimiento del hombre de la calle. Si hay un misterio, reside él en el oculto propósito que puede perseguir el economista y que no es otro que la disimulación del interés concreto a que se sirve", Arturo Jauretche.

Acabamos de saber que la deuda del conjunto de las administraciones públicas en España ha superado por primera vez el billón de euros, hasta alcanzar 1.007.319 millones de euros en junio, por lo que ya supone el 98,2% del PIB, según los últimos datos del Banco de España. Es importante analizar la evolución de la deuda de cualquier país, tomando el porcentaje del PBI que ella representa, y no simplemente el número final de la misma, como suelen hacer algunos medios con intereses non sanctos. ¿Por qué? Simple amigo lector,  si gané $2.000 y debo $1.000 (El 50%) va a ser mucho más difícil afrontar el pago que si gané $20.000 y debo $2.000 (El 10%).

Sin embargo, el objetivo de estas disquisiciones no pasa por marear a quienes tienen la deferencia de leer estas líneas con números que ya de por sí provocan lipotimias, sino por tratar de entender por qué tanta ingeniería económica y financiera termina siempre haciendo pagar al ciudadano común fiestas de las que él no ha participado, cosa que por estos días suele abrumar al ya de por sí cansado ciudadano.

Así pues, podemos preguntarnos: ¿Por qué los países toman deuda en los mercados local e internacional? Lo hacen para compensar desequilibrios de las cuentas externas originados por déficit de la balanza comercial o de la cuenta corriente. De modo que captan recursos financieros para nivelar sus cuentas de los efectos negativos que acarrean por ejemplo contextos externos no favorables, políticas económicas internas débiles, industria local con escasa participación de partes nacionales, etc.  La otra razón está en la  necesidad de financiar inversiones en infraestructura que redundarán en un mayor desarrollo del capital productivo del país.

Durante los setenta, un interesante excedente de los llamados petrodólares provocó que fueran a financiar la llamada apertura de las economías de los países en desarrollo, impulsada a través del Banco Mundial y el FMI, cuando precisamente por ese…. consejo de abrirse a las inversiones foráneas, las cuentas de esos países acabaran desmadrándose, desequilibrando al sector externo de sus economías. En un principio, los acreedores directos por los créditos acordados fueron los grandes bancos internacionales (Citi, JP Morgan, Chase, Barclays, Deutsche). Sin embargo, al producirse la crisis de deuda de la década del 80 disminuyeron la exposición directa a una eventual cesación de pagos, y empezaron a actuar como organizadores y colocadores de deuda en los mercados en forma de bonos soberanos, distribuyendo así el riesgo entre miles de inversores de todo el mundo. De ese modo se fue constituyendo un esquema de sometimiento de la política económica y de condicionamiento de los acreedores a los países endeudados con el objetivo de garantizar el repago de la deuda. Se diseñó así un círculo vicioso de deterioro y elevados costos sociales y laborales. Es lo que padecen hoy los países periféricos de Europa, lo mismo que Argentina en los noventa.

Y hablando de Argentina, que fue considerada como una especie de cobayo experimental a partir de lo cual se aplicaron las mismas recetas en Europa, es interesante analizar algunos puntos que permiten afirmar que de la tragedia del endeudamiento, algunos autores y protagonistas sacaron ventajas y se enriquecieron en forma inversamente proporcional al empobrecimiento del pueblo. Protagonistas como Domingo Felipe Cavallo, quien durante la dictadura militar de los setenta ocupó el cargo de presidente del Banco Central de la República Argentina y estableció el mecanismo de los seguros de cambio, que  permitían que una empresa privada se endeudara con el exterior a un dólar uno a uno. Cuando esa moneda subía y la empresa debía pagar su deuda, el Estado se hacía cargo de la diferencia. Con este mecanismo, los privados comenzaron a endeudarse ficticiamente para hacer un gran negocio. Porque de esa forma se producía simplemente la estatización de esas deudas privadas fraudulentas, en buen romance, la deuda privada de empresas quedaba sobre las espaldas de todo el pueblo argentino. Cuando la dictadura militar llegó a su fin ya en los ochenta,  la deuda externa era de más de 45 mil millones de dólares. De ese monto global, la deuda privada era exactamente la mitad: 23 mil millones. Algunos de los beneficiados fueron empresas como las del grupo Macri (Socma y Sevel), Techint, Papel de Tucumán, Celulosa Argentina, entre otros. Una perlita se destaca como ejemplo, porque no fue que el Estado se hacía cargo de las deudas porque esas empresas quebraban, sino que éstas fraguaron créditos, fue un festival de autopréstamos e ilícitos diversos. Una auditoría de Renault Argentina, detectó que su deuda era de 10 o 12 millones de dólares y que no debía ser pagada por el Estado, ya que una parte era deuda que tenía la casa Renault Argentina con su casa matriz en Francia. Es decir, había confusión entre deudor y acreedor: eran la misma cosa. Había otro préstamo que también era inverosímil, porque no era admisible que Renault le hubiese pedido al Barclays Bank 6 millones de dólares, cuando en ese mismo banco tenía depositados, a plazo fijo, más de 80 millones de dólares.

Por lo demás, los grandes beneficiados con la estatización de la deuda de los privados fueron los integrantes de la Fundación Mediterránea, entre ellos Domingo Cavallo, con lo cual se puede colegir que éste personaje usó información confidencial que le venía dada por ser parte del gobierno nacional, para beneficiar a los miembros de una consultora internacional disfrazada de fundación, del cual él mismo formaba parte.

Conclusión: Los ciudadanos no pueden darse el lujo de dejar en  las manos de tecnócratas de la economía el devenir de sus asuntos económicos. La razón es simple…. es la frase de Jauretche que encabeza esta humilde nota.

Hemeroteca