20:33 h. viernes, 19 de abril de 2024

Cuando son los ricos los que deciden cómo se utiliza la riqueza, la sociedad tiene problemas graves

Mercedes Sosa / Corresponsal Argentina de El Revolucionario Digital  |  06 de septiembre de 2014 (16:02 h.)
Cuando son los ricos los que deciden cómo se utiliza la riqueza, la sociedad tiene problemas graves

En los últimos meses se han multiplicado las noticias acerca de Monsanto. Es así que, para hacer una síntesis apretada, leemos todo lo que le vamos a contar a continuación. Es una larga historia.

La Corte de Constitucionalidad guatemalteca suspendió provisionalmente la entrada en vigor de una polémica normativa, conocida como 'ley Monsanto' por quienes la critican, que legaliza los derechos de propiedad de semillas en Guatemala. La resolución fue adoptada la semana pasada ante una acción de amparo presentada por el Movimiento Sindical, Indígena y Campesino Guatemalteco, que pidió la derogación de la normativa porque esta perjudica al país. Según el Colectivo de Estudios Rurales, bajo esta normativa la biodiversidad de Guatemala quedará “bajo el control de empresas nacionales y extranjeras”. La ley  favorece la privatización y monopolio de semillas poniendo en riesgo la soberanía alimentaria, especialmente de los pueblos indígenas.  En actualidad.rt  3 sep 2014

Apicultores mexicanos del estado de Yucatán han logrado que la empresa biotecnológica Monsanto frene sus ambiciones para plantar miles de hectáreas de soja genéticamente modificada en el país.  Las evidencias científicas sobre las amenazas que plantean los cultivos de soja transgénica para la producción de miel en la península de Yucatán –que incluye los estados de Campeche, Quintana Roo y Yucatán– convencieron al juez sobre la necesidad de la retirada del permiso. En consecuencia, este dictaminó que la coexistencia de la producción de miel y soja con el uso de organismos genéticamente modificados (OGM) no es posible. En actualidad.rt  18 ago 2014

Los agricultores brasileños solicitan a Monsanto y otros productores de semillas de maíz resistentes a las plagas el reembolso de su dinero gastado en plaguicidas adicionales, porque sus semillas no funcionaron y solo dañaron el cultivo, aseguran.
Los agricultores señalan que tuvieron que rociar hasta tres veces con pesticidas adicionales después de que la tecnología prometida no funcionara. Así, los campesinos que están representados por la Asociación de Productores de Maíz y Soja de la región de Mato Grosso (Aprosoja-MT) han iniciado una batalla contra los gigantes agrícolas. En actualidad.rt  31 jul 2014

La empresa estadounidense Monsanto será denunciada mañana ante la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) en Argentina por abuso de posición dominante. La presentación será realizada por la Federación de Cooperativas Federadas (Fecofe), la Cámara Argentina de Semilleros Multiplicadores (Casem) y la Federación Argentina de Ingeniería Agronómica y productores agropecuarios. “Monsanto ha diseñado un nuevo modelo de negocios a través de un sistema de producción y comercialización para una nueva especie de soja (Intacta) que impone condiciones restrictivas a la competencia en su comercialización, procesamiento y acopio, asignando funciones y tareas de fiscalización y retención a determinadas empresas semilleras, las que deben reputarse como claramente abusivas”, puede leerse en la denuncia a la que accedió Página/12. El contrato privado que Monsanto obliga a firmar a los productores establece quiénes deben ser los proveedores de semillas y con qué acopios y exportadores operar. También legitima el pago de “regalías extendidas”, que impide el ejercicio del “derecho de uso propio” de la semilla. En la presentación, se le solicita a la CNDC una medida cautelar para que Monsanto frene la firma de estos contratos. Página 12  01 set 2014.

¿Qué pudo pasar para que esta multinacional del agronegocio pudiera avanzar tan libremente sobre muchos países, especialmente en Latinoamérica, al punto que hoy no existe gobierno alguno capaz de frenar su escandalosa gestión de negocios, que arrasa con todo lo que sea necesario a su paso para lograr el control absoluto del uso de las semillas en el mundo?

Es una larga historia. Para entenderla podemos comenzar con hacer un análisis histórico de los países de la América del Sur, concentrándonos en el caso argentino. Nos vamos a servir de la investigación de Alberto Lapolla, Ingeniero Agrónomo fitotecnista.   

“…Monsanto terminó de estabilizar la soja RR entre 1992 – 1993, en 1994 la misma fue aprobada por la FDA de los US, con la oposición de la Agencia Nacional Ambiental (USDA), la cual soportó fuertes presiones de la empresa. Así, al año siguiente, en 1995  la USDA emitió un laudo favorable para la liberación de la soja RR (modificada genéticamente) por el mundo. Es decir que entre la estabilización de la soja RR y su lanzamiento al ecosistema mundial apenas transcurrieron dos o tres años, lapso indudablemente inválido para evaluar efectos ambientales serios sobre el conjunto de todo el ecosistema global, ante tamaña alteración de los mecanismos de la selección natural. Pero lo más grave es que, en ese mismo año, 1995, el entonces Secretario de Agricultura del gobierno neoliberal de Carlos Menem, el Ing. Felipe Solá, autorizó la liberación de la soja RR en la Argentina sin ningún estudio serio que la avalara. De allí en más nada la ha detenido, afectando de manera grave nuestra estructura económica. al convertir la producción agrícola al monocultivo  modelo esencialmente no sustentable uno de cuyos más serios problemas es la degradación del sistema productivo dejamos (la Argentina) de ser un país productor de alimentos, para pasar a ser un enclave productor de forraje para que naciones más industrializadas o en vías de serlo produzcan carne llegamos a vender granos de soja a Chile paras que produzca carne aviar y porcina y la exporte, mientras que nosotros importamos ambos productos debido a la reducción drástica de las áreas y stocks ganaderos y cárnicos debido a la sojización mientras exportamos pasto soja.” Para compensar eso “…comenzamos a producir con la herramienta del feed-lot, que implica producir carne de pésima calidad y con bajísimo nivel de seguridad alimentaria en el país que alguna vez tuvo la mejor carne del mundo.”

“La Argentina decidió abandonar su soberanía alimentaria, junto con la pérdida de su soberanía económica y política, cuando Martínez de Hoz (oligarca con 2.5 millones de hectáreas), ministro de economía de la dictadura setentista llevada a cabo precisamente para imponer el neoliberalismo salvaje (igual que en el resto de Latinoamérica) expresó: …si la nación va a producir acero o galletitas lo va a decidir el mercado” …Este sujeto dio el puntapié inicial para la destrucción de la nación industrial tecnológica y científica anterior a 1976 – 1989. ….”En un proceso perverso y neocolonial la nación entregó su petróleo, gas, energía eléctrica, sus rutas, destruyó sus ferrocarriles dejó de producir alimentos para destinar toda su economía a producir pasto soja” Claro no somos los argentinos los que lo vendemos, sino los dueños de la Argentina y de los argentinos.”

“De tal forma las políticas de desindustrialización a la nación para destruir a la clase obrera más combativa y organizada del continente, y debilitar nuestro lugar como país soberano, nos devolvieron al modelo agroexportador y a un estado neocolonial. Estas políticas se expresaron en la imposición por vía de las corporaciones multinacionales y del capital financiero internacional a un costo descomunal en vidas: 30 mil desaparecidos y 450 mil argentinos muertos de hambre entre 1989 y 2001.” Asesinados por el modelo neoliberal, del modelo de la sojización….el que Domingo Cavallo, empleado clave de la banca Rockefeller, el jefe del asesino serial Henry Kissinger, y ex ministro de economía de la dictadura genocida setentista y del gobierno neoliberal de Menem llamara en 1984 “el agro-petro-power”

Parecida es la historia en otros países latinoamericanos. Adonde las élites latifundistas que los han considerado (y aun lo hacen) como sus feudos personales, no han tenido escrúpulos para transar con el poder de las mega corporaciones económico financieras, tomando las riendas formales a través de gobiernos dictatoriales o, más próximamente en el tiempo, de gobiernos “democráticos” de derecha al servicio del establishment internacional.

Un caso paradigmático que muestra el poder Monsanto en el continente es el de Paraguay, donde en 2012 se produjo el derrocamiento del entonces presidente Fernando Lugo en el marco de un juicio sumarísimo del Congreso paraguayo, considerado el más corrupto de las Américas, trampa montada por una oligarquía a la que le molestaba profundamente la tolerancia del gobierno hacia la protesta social y la organización social incompatible con su dominación de clase. Se lo halló culpable de “mal desempeño” de sus funciones debido a las muertes ocurridas en el desalojo de una finca en Curuguaty. El viernes 15 de junio de 2012, un grupo de policías que iba a cumplir una orden de desalojo en el departamento de Canindeyú en la frontera con Brasil, fue emboscado por francotiradores, mezclados con campesinos que reclamaban tierras para sobrevivir. La orden fue dada por un juez y una fiscala para proteger a un latifundista. Como resultado se tuvo 17 muertos; 6 policías y 11 campesinos y decenas de heridos graves. Un serio revés para las organizaciones sociales y campesinas en lucha contra el latifundio vergonzoso en Paraguay y la excusa de la derecha para deshacerse de Lugo. ¿Quiénes se beneficiaron? Lógicamente quienes buscan maximizar sus beneficios económicos rápidamente y a cualquier precio. La alianza: oligarquías terratenientes latifundistas/mega corporaciones del agronegocio. Monsanto venía presentando semillas, como las del algodón transgénico, para que se declarase su liberación para siembra comercial en Paraguay. El ministro de Agricultura y Ganadería liberó ilegalmente la variedad Bollgard BT, que el SENAVE (Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas) a cargo de Miguel Lovera no inscribió en registros al carecer de los dictámenes del Ministerio de Salud y de la Secretaría del Ambiente, tal como exige la legislación. Monsanto y el establishment  paraguayo involucrado en negocios de fertilizantes y demás, comenzaron una campaña de desprestigio de funcionarios de gobierno, acusando a Lovera de corrupción y nepotismo y a los ministros de Salud y de Ambiente, quienes no habían producido dictámenes favorables a Monsanto. El diario ABC Color, propiedad del principal accionista del Grupo Zuccolillo, socio principal de CARGILL en Paraguay, una de las más grandes transnacionales del agro negocio del mundo, tuvo especial protagonismo en esa campaña. Imagine Ud las razones.

“Las transnacionales del agronegocio en Paraguay prácticamente no pagan impuestos, mediante la férrea protección que tienen en el Congreso, dominado por la derecha. La presión tributaria en Paraguay es apenas del 13% sobre el PIB. El 60 % del impuesto recaudado por el Estado paraguayo es el Impuesto al Valor Agregado, IVA. Los latifundistas no pagan impuestos. El impuesto Inmobiliario representa apenas el 0,04% de la presión tributaria, unos 5 millones de dólares, según un estudio del Banco Mundial  aun cuando el agronegocio produce rentas en torno al 30 % del PIB, que representan unos 6.000 millones de dólares anuales. Paraguay es uno de los países más desiguales del mundo. El 85 por ciento de las tierras, unas 30 millones de hectáreas, está en manos del 2 por ciento de propietarios que se dedican a la producción meramente extractivista o en el peor de los casos a la especulación sobre la tierra.”

“La mayoría de estos oligarcas poseen mansiones en Punta del Este o Miami y tienen estrechas relaciones con las transnacionales del sector financiero, que guardan sus bienes mal habidos en los paraísos fiscales o le facilitan inversiones en el extranjero. Todos ellos, de alguna u otra manera, están ligados al agronegocio y dominan el espectro político nacional, con amplias influencias en los tres poderes del Estado. Allí reina la UGP (Unión de Gremios de Producción, estrechamente ligada al Grupo Zuccolillo), apoyada por las transnacionales del sector financiero y del agronegocio.”

“Monsanto facturó el año pasado 30 millones de dólares, libre de impuestos, (porque no declara esta parte de su renta) solamente en concepto de royalties por el uso de semillas transgénicas de soja en Paraguay. Independiente, Monsanto factura por la venta de las semillas transgénicas. Toda la soja cultivada es transgénica en una extensión cercana a los tres millones de hectáreas, con una producción en torno a los 7 millones de toneladas en el 2010.”

Cualquier semejanza de estas descripciones con el resto de países latinoamericanos no es, lamentablemente una casualidad, y da idea de las razones por las cuales los gobiernos carecen de suficientes instrumentos y legislaciones a fin de poner límites a las corporaciones gigantes del agro negocio. Por eso la lucha está en el pueblo movilizado y organizado para dar una dura batalla en los estrados judiciales, tal y como las últimas noticias lo están difundiendo. Que se repita todas las veces que sea necesario. Solamente los pueblos pueden torcerle el brazo a las corporaciones.  Han llegado demasiado lejos. Es tiempo de recuperar soberanía. No olvidemos que:

“Cuando son los propios ricos y superricos los que deciden primordialmente cómo se utiliza la riqueza, la sociedad tiene problemas graves. El superrico y rico invierte, no para crear empleo, sino para conseguir más dinero. Y como puede sacar más dinero de las actividades especulativas (que no crean empleo) que de las inversiones productivas (la economía real que produce bienes y servicios), resulta que se crea muy poco empleo. De ahí que Ha-Joon Chang (economista de la Universidad de Cambridge) señale que quien debe guiar la utilización de tal riqueza, evitando sus usos no sociales, es la ciudadanía a través del Estado. Y la prueba de ello es evidente. Cuando el capital estuvo altamente regulado (1945-1980) y las diferencias de renta y riqueza entre las clases sociales eran mucho menores que ahora, resultado de políticas redistributivas realizadas por los estados, la riqueza global y el bienestar social crecieron mucho más rápidamente que durante el período neoliberal (1980-2011) cuando el capital, y muy en especial el financiero, pudo hacer lo que quiso. La Gran Recesión es resultado de ello.” (Vicenç Navarro en el diario PÚBLICO, 27 de octubre de 2011).

Hemeroteca