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No se preocupen. Lo de Hong Kong solo es un revolución de color

Tomás García, subdirector de El Revolucionario Digital  |  08 de octubre de 2014 (01:30 h.)

Tiananmen se repite. Y no, no hablo de la versión burguesa de la historia. Habrán oído hablar sobre los disturbios en la que fuera una antigua colonia británica. Estudiantes “pacíficos” pidiendo democracia y rebelándose contra un gobierno autoritario. No se engañen, es una “revolución de color”.

Y como he mencionado antes, no podía empezar de mejor forma que hablando de la primera “revolución de color” en el antiguo estado socialista. Nos vendieron la misma historia, además de una imagen que seguramente se les pasará por los ojos. La misma mentira en esencia.

Nos contaron que unos estudiantes prodemocracia fueron masacrados y oprimidos por el cruel Gobierno “comunista”. Aunque en realidad los verdugos fueron los soldados del EPL al no estar estos armados hasta la famosa llegada de los tanques. Algunos incluso fueron quemados vivos.

Retomándome a los sucesos actuales, los medios occidentales les habrá explicado el qué, pero no el por qué. Sabrán que las manifestaciones han sido convocadas por organizaciones como “Schoolarism” u “Occupy Central”. Bien, hablemos de estos grupos.

Empezando por Occupy Central, que desde el junio de este año organiza diversas acciones de masas para “democratizar” Hong Kong.

Pues bien. Según fuentes chinas participaron en seminarios en el centro Hong Kong-America Center (HKAC),  una organización creada por un espía cercano al antiguo subsecretario de Defensa estadounidense, Paul Wolfowitz, que tiene como fin de cambiar la situación de Hong Kong, por decirlo en términos suaves.

Durante estos eventos, el protocolo fue el mismo que se ha usado en el resto de golpes suaves. A los activistas estudiantiles les exigieron “promover cambios democráticos”. Claramente, cuando se dice democráticos, realmente quieren decir “promover cambios para lamernos el culo y defender nuestros intereses imperialistas”.

¿Y qué recibían a cambio? Lo mismo que recibieron los estudiantes serbios, georgianos o ucranianos: la opción de vivir y tener estudios pagados en EEUU.

Durante los seminarios, los que fueran antiguos promotores de estas revoluciones de color les enseñaron tácticas de acciones de protesta y estrategias de negociación con las autoridades durante manifestaciones, acentuando las exigencias políticas a las que en ningún caso hay que renunciar. Por ejemplo en Serbia, los estudiantes regalaban obsequios y cartas de apoyo a los policías antes de las protestas.

Y no solo tienen la ayuda de los americanos. Por supuesto, también sale pasta a raudales por parte de Jimmy Lay. Este es un conocidísimo magnate que no duda en financiar a la oposición de Hong Kong. Y al igual que el HKCA, Lay es cercano a Wolfowitz.

Le toca el turno a Schoolarism:

Una campaña de marketing impecable. Formada el 29 de mayo de 2011, Schoolarism se caracteriza por haber sido fundada por estudiantes de secundaria. Con un líder jovencísimo (de 17 años) consiguió acabar con los planes de Pekín de imponer en Hong Kong una asignatura que consideraba adoctrinadora.

La CNN y compañía no tardó en vender la historia de Joshua Wong. Un adolescente delgaducho que le plantó cara al gigante asiático. Un David contra Goliat. Aunque claro, a David no le financiaba los USA.

En un informe del Gobierno yanqui se ha revelado que la organización estudiantil recibió nada menos que 460000 dólares del National Democratic Institute (NDI) para desarrollar sus operaciones.

La NDI a su vez recibe fondos del NED, una organización que, al igual que la USAID, se encarga de financiar a la oposición de los países díscolos con EEUU bajo la capa de una ONG que ayuda al desarrollo de la “democracia”. Estas dos organizaciones llevan años actuando como si fueran una rama más de la CIA.

Ya hace dos años, el NDI planeaba bajo los dictados de la Casa Blanca llevar el motivo de las actuales protestas en Hong Kong a la opinión pública de la antigua colonia inglesa.

Un tiempo después, China… La cagó. Le dio a Schoolarism, Occupy Central y a Occidente la oportunidad de comenzar el complot que llevaban años planeando. Y estos no dudaron en hacerlo. El resto de la historia ya la conocen.

Como buena revolución de color, le asignaron un nombre ideal para la campaña de los mass media: Revolución de los paraguas. El origen del nombre es debido a que los manifestantes usaban paaguas para protegerse de la Policía china. Con el nombre, querían reflejar su defensa antes la represión del Gobierno y manchar aún más la imagen de China ante el mundo

Con esto no queremos decir que apoyemos los dictados de China. Desde que abandonaran el socialismo por su actual mezcla de autoritarismo político y economía capitalista, Pekín se convirtió en un traidor para los revolucionarios. Pero el autoritarismo de unos no justifica el imperialismo de otros. Como país independiente, apoyamos su soberanía y no dudamos en denunciar estos ataques del Imperio. Además de que con el tiempo, la versión verídica de los antiguos incidentes de Tiananmen se acercó más a la que dió China sobre el suceso.

Por último, piensen, háganse preguntas. Cuestionen todo lo que vean. La revolución no será televisada. Y lo realmente revolucionario es la verdad.

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